De forma sistemática, año tras año, el número de niñas, adolescentes y mujeres adultas que vienen a nuestra consulta de El Mundo del Superdotado no pasa del treinta por ciento del total de casos frente a más de un setenta por ciento de varones. Sin embargo, a pesar de los tópicos del pasado, todas las investigaciones realizadas sobre la relación entre inteligencia y sexo nos indican que la inteligencia se distribuye por igual entre hombres y mujeres.
En nuestra opinión, existen dos razones por las que acuden solo un treinta por ciento de niñas para ser evaluadas de altas capacidades y superdotación: la primera es que las niñas se ocultan, disimulan mejor sus altas capacidades para ser aceptadas por su entorno. La segunda, más grave si cabe, es que frecuentemente los padres esperan mucho menos de sus hijas que de sus hijos, lo que les lleva a no plantearse que estas puedan ser superdotadas.
Según Borland (1986), las niñas superdotadas buscan encajar mostrando una menor capacidad e inteligencia de la que realmente tienen, asimismo, este hábito a menudo termina derivando en una profecía autocumplida, el conocido como Efecto Pigmalión.
Lamentablemente, los prejuicios de género siguen muy presentes en nuestra sociedad y las niñas los perciben con claridad, no solamente a través de la relación con sus padres y compañeros, sino también, y sobre todo, a través de los modelos y estereotipos que observan a diario en los propios cuentos infantiles y en las series de televisión de más éxito. En la actualidad, para una mujer ser guapa, ser amable y relacionarse adecuadamente, son características más valoradas que ser inteligente. Por esta razón, cuando ellas destacan tienden a ocultar su inteligencia mejor que los chicos, que también lo hacen pero a menor escala, para sentirse aceptadas por el grupo e incluso por su propia familia.
Stanley Greenspan sugirió que las chicas suelen ser más maduras emocionalmente y, por lo tanto, se integran con más facilidad, pero también que los padres se preocupan más por la educación de sus hijos que de sus hijas y, en consecuencia, invierten menos dinero en ellas.
Es habitual que en nuestro centro evaluemos a varios hermanos, es curioso cómo los propios padres nos traen a sus chicos y cuando les preguntamos por sus hijas nos explican que no, que ellas son normales. Esta creencia se mantiene hasta que les hacemos las pruebas y descubrimos a niñas tan o más inteligentes que sus hermanos, pero que saben pasar perfectamente desapercibidas tanto en clase como para su propia familia.
Las niñas superdotadas pueden pasar desapercibidas
Las niñas superdotadas pueden bajar las notas a propósito para no destacar y, lo que es más grave, interiorizan sus problemas de forma que nadie en su entorno es consciente de que también pueden tener problemas de adaptación por su superdotación al no recibir educación especial.
Cuando un niño tiene altas capacidades y está con chicos de su misma edad, es frecuente que no se integre bien en el grupo e incluso que llegue a ser rechazado bien de forma activa con agresiones, verbales y no verbales, o de forma pasiva, cuando le excluyen de las actividades de grupo o nunca le eligen como compañero. La reacción al rechazo y a las dificultades de integración también puede ser pasiva, el niño se encierra en sí mismo, intenta pasar desapercibido o directamente se aísla del grupo que no le comprende, o activa, se defiende con agresiones verbales o no verbales o se convierte en un niño disruptivo o conflictivo en clase.
La conducta pasiva, encerrarse en sí mismas e intentar pasar desapercibidas, es mucho más frecuente en niñas superdotadas, ya que son capaces de pasar toda la etapa escolar sin que padres ni profesores observen nada especial en ellas. Entre los chicos son más habituales las conductas disruptivas en clase, agresiones, retraimiento exagerado o problemas de conducta y psicológicos que llevan a los padres y profesores a pedir una evaluación en nuestro centro.
Identificación temprana
Por nuestra parte, recomendamos la identificación temprana de las altas capacidades, y es que la tendencia a desaparecer, a disimular, se incrementa a medida que las niñas superdotadas llegan a la adolescencia, momento en que se hace más necesaria para ellas la aceptación social. Según Fox y Turner (1981), a las superdotadas les suele interesar más la aceptación de sus compañeros que el propio desarrollo intelectual, sobre todo al llegar a esta etapa. De esta forma, chicas que destacaban en la primaria se convierten en mediocres en la adolescencia. Sin embargo, la inteligencia se mantiene estable a lo largo de la vida. Para adaptarse han aprendido a esconderse mejor.
En los Decálogos de la Superdotación exponemos las claves para detectar a estas niñas superdotadas. Son los mismos rasgos que debemos tener en cuenta para identificar a los niños, aunque, en el caso de ellas, tendríamos que estar más atentos y no quedarnos solamente con la imagen que nos quieren dar:
– Se aburren en clase y prefieren tener amigos de más edad
– Son muy exigentes consigo mismas y con los demás
– Se comportan de forma independientes y suelen ser muy introvertidas
– Son muy sensibles
– Tienen múltiples intereses
– Pueden parecer distraídas
– Empiezan a bajar sus notas en la adolescencia
– Y otros síntomas que manifiesten falta de bienestar psicológico, problemas de sueño, ansiedad, depresión, malas relaciones con sus compañeros, etc.
Para saber más sobre las niñas superdotadas: La Maldición de la Inteligencia (Plataforma Editorial)
Ante la duda solicitar una valoración
Carmen Sanz Chacón 2016 – Registro de la Propiedad Intelectual (citar indicando el autor)
El Mundo del Superdotado
Gabinete de Psicólogos Especialistas en Superdotación y Altas Capacidades
www.elmundodelsuperdotado.com
Tel. 914317061 – Madrid (España)
No hay comentarios:
Publicar un comentario